Por: Valentina Guerra
Morelia, Michoacán, a 18 de mayo de 2023.- Al Presidente de la Nación le molesta la transparencia, resulta contradictorio que el “líder moral, el transformador, el que acabó con la corrupción”, haga hasta lo imposible para buscar ocultar información.
A unas horas de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declarará la invalidez del acuerdo presidencial por el que se buscaba reservar la información de proyectos y obras del Gobierno Federal, tema de “interés público y seguridad nacional”, al considerarse prioritarias y/o estratégicas para el desarrollo nacional, se publico en el Diario Oficial de la Federación (DOF) un nuevo decreto de AMLO por el cual se declaran como tema de seguridad nacional la construcción, funcionamiento, mantenimiento, operación, infraestructura, los espacios, bienes de interés público, ejecución y administración de la infraestructura de transportes, de servicios y polos de desarrollo para el bienestar y equipo, tanto del Tren Maya como del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, es decir las obras “emblemáticas” de esta administración.
Ello porque, a explicación del presidente, esa información es de seguridad nacional; raro, antes la información que tenia ese carácter era aquella información que tenia que ver con la seguridad publica, Fuerzas Armadas y procuración de justicia, nunca de infraestructura.
Pero los tiempos cambian, hoy, porque así lo dice el Presidente, no podremos saber cuanto se ha gastado en la construcción del Tren Maya, el AIFA, Dos Bocas, etc; a quienes se les han adjudicado contratos, o algo tan simple como cuanto gana y que prestaciones tiene un empleado.
Con esto podemos tener muchas incógnitas, como si a nuestro presidente le da miedo la transparencia, le da miedo que conozcamos los “otros datos” esos que hablan de la inviabilidad de las obras, el impacto al medio ambiente, los contratos adjudicados a los amigos de sus hijos, del General, de su sobrina o de cualquier otra persona allegada a ellos, en pocas palabras que comprobemos que sí hay corrupción.
Muchos dirán ¿A mí que me importa? Debería, son nuestros impuestos, sus ahorros, se empeña el futuro de nuestros hijos en un país donde impere la opacidad y la sospecha de corrupción, porque estas acciones difícilmente tendrá un buen rumbo.
A AMLO la verdad le duele, le duele reconocer que su administración ha sido un fracaso, que no acabó con la corrupción si no todo lo contrario, por eso es mejor esconder la basura bajo la alfombra, ‘si no lo vemos no existe’.
